jueves, 31 de julio de 2008

Fwd: BREVE CARTA A LA MINISTRA INDIGENA



BREVE NOTA PARA LA MINISTRA DE ASUNTOS INDIGENAS

GANADEROS HAN CONVERTIDO A LA SIERRA DE PERIJA EN UN CAMPO DE CONCENTRACION 

Por Maria de los Ángeles  Peña del Colectivo Mujer Quilombo.

Estimada Nicia Maldonado:

Permíteme decirte que tu indolencia y parvedad, fueron cómplice de la muerte del padre de Sabino Romero: José Manuel Romero. Este abuelo yukpa, quien murió luego de haber recibido coñazos, planazos, luego de que lo levantaran y lo tiraran, luego de hacerlo correr tras una lluvia de balas, descansa sin la paz que da la impunidad.

 Habías declarado por radio Nacional de Venezuela el pasado 14 de mayo, afirmando que las denuncias del hermano Sabino Romero eran producto de la manipulación de grupos…afirmaste diciendo que "(…) Sabino Romero quien ha estado bueno en varias instancias de los medios de comunicación tanto prensa como televisivo no! Expresando su malestar eh! Por las actitudes que han tomado algunos hacendados ¿no? Una supuesta agresión ¿no? (…) estamos también viendo que hay organizaciones fuera de las organizaciones indígenas, fuera de las comunidades indígenas que han estado detrás de esta alteración de las comunidades, porque hemos visto que no es tan cierto como ha venido denunciando el hermano Sabino Romero eh! estas agresiones ¿no?, que ha ido a nivel internacional que hay una organización (…), que esta detrás azuzando a los compañeros indígenas, (…) estén detrás de una familia por ejemplo y diciendo cuantas barbaridades por los medios de comunicación" (Nicia Maldonado. RNV, 14 de mayo de 2008).        

 

Un miembro de esa familia a la que defendiste en tus declaraciones, junto con cinco sicarios,  golpeó  sin clemencia a este abuelo, a su hija, amenazó a los niños y niñas presentes en su propia tierra, pues estaban buscando asesinar a Sabino Romero, su hijo. No era la primera vez que estas agresiones  venían suscitándose en la zona.  

Sabino Romero asistió al mismo Ministerio de Asuntos Indígenas el 6 de mayo,  y como venía acompañado de aliados, no lo quisiste atender. Venía a denunciar el asedio cruel, violento por parte de esa familia que tanto defiendes… Los Vargas. Venía Sabino a decirte en su idioma lo que pasaba. Te recuerdo, no lo atendiste y después saliste declarando que todo era una falacia. Te llevaba el hermano yukpa las denuncias  que constan en la fiscalia en Machiques, en Maracaibo, las denuncias hechas ante la comisión permanente de pueblos indígenas, la planilla de audiencia en la defensoria del pueblo en Maracaibo numero P-06-00595,la referencia las cartas dirigidas al comandante Freitez solicitándole  protección en la zona, la carta dirigida la  fiscal general de la República, a la defensora,  la denuncia llevada ante la defensoria indígena, la denuncia que se le entregó al mismo viceministro indígena Jorge Chaknupa, la llevada  hasta el parlamento indígena, te llevaba  la carta escrita a puño y letra por su hijo acerca la vez en que fue golpeado por tres cuidadores de haciendas…te llevaba también las ganas de decirte que él, Sabino, junto a su pueblo,  estaban dispuestos a  colaborar en el  impulso integral de estas tierras ociosas,  a ayudar; te quería manifestar   su deseo de trabajar por la seguridad alimentaria del Venezuela, tan vulnerable en las manos de terratenientes vende Patria, a través del procesamiento de leche, de la siembra.

Esa familia que defiendes no permite el libre tránsito de los hermanos yukpas, y éstos presos del hambre, de la desnutrición, son amenazados de muerte.  Esta familia que tanto defiendes, contrata a hombres para que intimiden a las mujeres y a los niños de Chaktapa. Esta familia que defiendes, tuvo que dividir sus propiedades en más de cuatro haciendas para evitar ser  tomados por el Gobierno Nacional como terratenientes. Esta familia, ha generado una red de complicidad con individualidades del mismo ejército Nacional, Guardia Nacional, fiscalia, para callar las denuncias de estos yukpas. Esta familia, ha sembrado su riqueza sobre la sangre, el miedo de un pueblo.

 No quisiste escuchar a tu hermano que acudía a ti con la esperanza de que se hiciera justicia. Hay dolor en Chaktapa, hay rabia y frustración en nosotros y nosotras, militantes de este proceso, hay angustia, pero sobre todo interrogantes acerca tu actitud, cruel, amarga y deplorable.


 

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